miércoles, 17 de mayo de 2017

Kévin Gameiro: Un jugador de tercer orden.





Para ganar al mejor equipo del mundo, o el segundo mejor del mundo, con respeto del Barcelona, es necesario una eficacia militar en los momentos claves. 

En la semifinal de la Copa de Europa de 2016-2017, en el duelo Real Madrid-Atlético de Madrid, Gameiro fue el delantero titular en el partido de ida del Bernabéu, y en el minuto 17, cuando recibió un pase magnífico de Koke, al hueco, el francés se quedó solo ante Keylor, su recorte fue pésimo, y el gato montañés costarricense sacó una mano de depredador y le arrebató la pelota, con una caída de presa de Kévin. Era el minuto 17 y el partido iba 1-0 para los monárquicos.

En todo el partido Gameiro fue un jugador fantasmal: no ganó un duelo, no hizo un disparo amenazante, ni ejecutó un desmarque intelectivo. En el 58 estaba en el banquillo por Fernando Torres, quien sería el titular en el partido de vuelta, puesto a que Simeone no podía confiar en su soldado raso de puntería y coraje rociados por la debilidad de un recluta imberbe de tercer orden.

En el partido de vuelta el Atleti se puso 2 a 0, con gol de cabeza de Saúl tras un saque de esquina y un gol de penalti de Griezmann a 15 segundos del minuto 16, un escenario magistral que se obnubiló con el gol de Isco en el 41. Si Gameiro hubiese sido un soldado colchonero, aunque fuera de segundo orden, habría batido a Keylor en la famosa jugada de la ida, y entonces, todo habría estado abierto.

Y encima, en el minuto 56 de partido entró Gameiro al campo por Torres, y por si fuera poco, tuvo una ocasión clarísima, y que por supuesto, no ejecutó. Tras un balón difícil, ganado por Carrasco a Danilo, éste disparó a puerta pero el guardameta madridista lo sacó, y Gameiro de cabeza, a 11 metros del arco, falló. Y eso que Keylor respondía por segunda vez, tras repeler un disparo de Carrasco, dentro del área. Gameiro tuvo un remate de cabeza a bocajarro, en el punto de penalti, que Keylor Navas sacó ¡con la cabeza! 

En la segunda oportunidad que tuvo Kévin, recibió un pase de Correa en el área pequeña, en las fauces de la portería, tras una internada del argentino pero Ramos se adelantó y sacó a córner. Dos soldados que no se entendieron en la operación bélica, puesto a que el pase del argentino quedó atrasado.

El Atlético de Madrid ganó la Copa del Rey, en 2013, al Real Madrid, en el Bernabéu, entre otras cosas porque dos jugadores de segundo orden lograron un gol legendario. Falcao hizo una jugada de lucha combinada con destreza, contra dos madridistas herméticos, para ceder a Diego Costa, quien tras una carrera, soltó un latigazo que dio en el palo y se metió dentro. Costa fue un tanque de infantería que disparó y anotó. Ésa es la diferencia entre una artillería de segundo y tercer orden.

lunes, 24 de abril de 2017

Lionel Messi: El Súperhombre

Lionel Messi es el súperhombre que definió Nietzsche.




23 de abril de 2017. Partido de la Liga Española: 

Real Madrid 2-3 Fútbol Club Barcelona.



Messi recibe un codazo de Marcelo que le corta el labio.

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Messi recibe el pase de Rakitic, se anticipa a Modric, y después, recorta a Carvajal en el área grande y bate a Navas con un disparo con el interior del pie. El súperhombre pone el 1-1.

Tras la galopada de Sergi Roberto, éste, cede a André Gomes; Jordi Alba le dobla y recibe el balón del portugués, y el lateral azulgrana, conecta un pase con Messi, quien en la terraza del área grande bate a Navas, de nuevo, con otro disparo con el interior; la pelota entra ajustada al palo. Faltaban 12 segundos para el pitido final. Era el minuto 91:48 en una prolongación de 2 minutos. Messi ondea su camiseta al viento de los dioses griegos ante el pueblo madridista, que presencia, la reencarnación del súperhombre que siempre buscó Nietzsche, y que en Messi, lo halla a través del arte futbolístico.



El súperhombre es el individuo que jamás se rinde. Es el que lucha siempre y jamás pierde la fe en sí mismo, sobre todo, en las circunstancias más antagónicas. 


Messi nunca perdió su creencia interior, y por ello, como máximo valedor del progreso de su autoconocimiento puso el balón en la red en el minuto 91:48, a 12 segundos del final: el gol de la victoria en el templo del peor enemigo.


A Messi le partieron el labio en un codazo cuyo intencionalidad (de Marcelo) quedó en el páramo de la ambigüedad, y ello, le provocó que su nivel bajara. El Madrid se adelantó en el marcador por obra de Casemiro, quien cazó un rechace que dio en el palo, tras un remate de Sergio Ramos. Pero el súperhombre no se amilana, agarra la manija del partido y empata el encuentro tras cabriolear a toda la defensa merengue.


El súperhombre conoce sus limitaciones y los delirios del destino, pero no se deja arrastrar por una moral ambigua ni por ningún resentimiento. Vacía todos sus malestares y fecunda ceguera hacia todas las pulsiones negativas o de resignación, y cree en su fuerza y su poder, aniquilando la debilidad intrínseca del hombre corriente. El súperhombre es un mesías llamado Messi. Y lo es, porque guerrea contra su yo fracasado, porque niega, incluso en la situación más jodida que un gol agónico es imposible, incluso en el santuario del equipo hostil número 1. Messi es creer en la lucha, y luchar, asesinando a todos los impulsos nihilistas pasivos de rotura interior, a todo desánimo involutivo, y eso, es lograr ser un súperhombre. Y Messi lo demuestra con el gol decisivo.


Así, en el 2-3, el gol del astro argentino, que es la estrella modesta que centellea en lo alto para hacer trotar a todo un equipo, supone la rúbrica de que él es el súperhombre, pues nunca se arrugó a pesar del empate madridista en el 85 por obra de James, y con el aliciente de que el Madrid estaba con 10, tras la brutal entrada del irracional Ramos contra el propio Messi, quien se desnortó por la frustración de no poder parar a la deidad con forma humana que sobresale del resto de mortales.

Messi esperó el balón en la zona idónea, su sexto sentido le susurró que en esa parcela del área, justo en la terraza de la misma, recibiría un pase raso, y cuando lo heredó, percutió con la fibra de un súperhombre y lo metió dentro.


Messi luchó en todo momento contra la vileza del tiempo, en 2 minutos de descuento más que discutibles por parte de los jueces, y luchó contra el alevoso pasado, contra la decadencia del decir "no es posible", contra la amargura de verbalizar en el subconsciente que "todo está perdido". Él inició la jugada, aguantó, esperó el balón, y al recibirlo, no perdonó: porque las bestias salvajes nietzscheanas no tienen compasión, y no ejercen piedad, no se desalientan ante el infortunio y luchan hasta más allá del aullido del silbato.


Messi, en su autoconocimiento, sabe que es el mejor del mundo, pero sin su voluntad de potencia, y su voz de lucha, que sonoriza a través de los pies y del subconsciente de continua disputa, no podría serlo. El de Rosario combate contra las postraciones del destino, y sin esa alma bélica no sería el súperhombre que es.

miércoles, 8 de marzo de 2017

Los errores arbitrales y de Simeone en las finales de la Champions League de 2014 y 2016.

El Cholo Simeone. Un hombre que aplica una tensión en los partidos que proviene de una fuerza espiritual obscura que nace en el inconsciente. Pero cometió algunos errores en las dos finales de la Copa de Europa frente al Real Madrid. De lo que no tuvo culpa es de que Atenea no quisiera que la suerte sedujera a la guerrera rojiblanca, y de que el Real Madrid, como institución poderosa, tuviera situaciones a favor que desequilibraran la balanza.



FINAL COPA DE EUROPA 2014: ATLÉTICO DE MADRID VS REAL MADRID


ERROR NÚMERO 1 

Simeone alineó a Diego Costa pero estaba lesionado. A los 9 minutos lo sustituyó. Adrián López lo reemplazó. Ese cambio forzado era necesario en los momentos finales del partido, habría dado más consistencia a la defensa, e incluso, habría añadido a un luchador más para frenar a Sergio Ramos y su capacidad rematadora en las jugadas a balón parado.


ERROR NÚMERO 2

Imagen del gol de Sergio Ramos en la final de la Copa de Europa de 2014. ¿Por qué no hay un jugador en cada palo defendiendo esta jugada? ¿Por qué? De haber habido dos defensores colchoneros en cada poste el cabezazo de Ramos habría conseguido sacarse afuera. Fue un error de Simeone.

ERROR NÚMERO 3

¿Por qué Godín no fue la sombra de Ramos en las jugadas a balón parado?

ERROR NÚMERO 4

En la imagen Simeone discute con el árbitro holandés Björn Kuipers ¿Por qué se descontaron 5 minutos de descuento? Cuando Modric sacaba el córner ya se habían cumplido el 2:45. Se debieron descontar sólo 2 minutos. ¿Necesitaban el gol del Real Madrid?



FINAL COPA DE EUROPA 2016: ATLÉTICO DE MADRID VS REAL MADRID


ERROR NÚMERO 1

¿Cómo un juez de línea, más un árbitro auxiliar, que está pegado a la acción, ambos jueces  que deben poseer un nivel sobrenatural, y que además, están arbitrando la final de una Champions League, la competición más importante del mundo, por lo tanto, han de ser medio humanos-medio robots, no pudieron ver este fuera de juego de Sergio Ramos? ¿Por qué no se utilizó el apoyo de las nuevas tecnologías? ¿Por qué la jugada no se repitió por la emisión en directo, inmediatamente, sino que la misma llegó ya muy tarde, cuando la jugada ya había pasado? ¿De saber que es fuera de juego lo habrían pitado? ¿El presupuesto del Real Madrid no sólo compra a los mejores jugadores de La Tierra sino también otras influencias de poder oculto? ¿Había peces gordos, de los que dominan el mundo, que apostaron por la victoria merengue?


ERROR NÚMERO 2

Pepe comete penalti contra Fernando Torres, y Griezmann, lo manda al travesaño. ¿Por qué Griezmann lanzó ese penal? Ya había marcado en Cuartos de Final contra el Barcelona de penalti, pero lo tiró fatal, no lo atrapó Ter Stegen de milagro. La estrella atlética es un astro futbolístico, pero en los momentos de máxima responsabilidad no logra aunar todos sus instintos letales.

ERROR NÚMERO 3

¿Por qué Simeone mandó la orden de no luchar en la prórroga e ir directo a los penaltis? Ese espíritu no era el del Atleti del cholo. Es sorprendente que con Torres y Griezmann el Atleti renunciara a la prórroga para jugarle de tú a tú al Real Madrid.

ERROR NÚMERO 4

¿Por qué lo lanzó Juanfran Torres? Es muy fácil criticar al que falla y no lo haría, pero se debió buscar jugadores que buscaran la escuadra, porque Keylor Navas, con su agilidad espectacular, en sus estiradas de gato montañés, daba la sensación de llegar hasta el mismo poste. Juanfran fue muy previsible en su lanzamiento, Keylor pilló la dirección. El lateral rojiblanco no era un jugador experto en este tipo de lanzamientos, y al final, quiere ajustar tanto la pelota que el palo lo repele. La mala suerte que siempre se enamoró del Atleti, le hizo perder la final europea por un penal.



jueves, 2 de marzo de 2017

¿Es Messi un súperhombre?












































Chilavert: el artista guaraní que jugaba de portero-atacante


Chilavert ordena a sus hombres en el Mundial 2002 de Korea y Japón.



José Luis Chilavert fue el guardameta de origen paraguayo más colérico que hubo en una cancha de fútbol. Vivía el deporte rey con demasiada pasión. Su pulsión sexual se sublimaba practicando el balompié. Su filosofía balompédica de presión y sangre en cada lance del partido es un icono para el soccer mundial. 

Su carácter díscolo siempre estaba presente en el césped. Sus atajadas han recorrido todo el mundo y su liderazgo es un prototipo a estudiar en la vida profesional de todo ser humano; pero en especial, si por algo es conocido el guaraní es por su técnica sobrenatural a la hora de lanzar tiros libres y penaltis. Es el arquero que marcó los mejores goles en la historia del fútbol mundial. Repasaremos su vida como meta de Paraguay, un país que vibra su corazón, y como cancerbero de Vélez Sarsfield, un equipo con el que hizo historia en la liga argentina.



Este vídeo muestra un golazo de falta que José Luis Chilavert le marcó a Navarro Montoya del Boca Juniors de Maradona, en un partido de la liga argentina de 1996, en el que Vélez Sarsfield ganaría 1-5 en La Bombonera. Chilavert marcaría después otro gol de penal, pero, en este tiro libre, nos deja una sutileza de golpeo sólo propia de dioses: acaricia la pelota con el interior y el esférico da en un palo de la portería, soplando a la escuadra, y acaba dirigiéndose hacia el otro palo terminando dentro.


En un partido de Eliminatorias Mundial 1998 de Francia, de 1996, Gabriel Batistuta marcó un golazo a Chilavert, de falta, por toda la escuadra y todo el estadio gritó "¡Chilavert hijo de puta!".  Furioso e iracundo, el portero guaraní rezaba por tener la oportunidad de revancha, y esta opción se produjo cuando el defensa albiceleste Chamot hizo falta al paraguayo Rojas. Chilavert corrió con la voluntad de potencia del guerrero, del hombre que acciona todo su fuego interior y enardece todas sus pulsiones selváticas cuando la situación le brinda la oportunidad de iluminar su pateada. El estadio silbó al unísono. Chilavert meditó el golpeo, se acercó a la pelota para cavilar cómo la iba a percutir, dio unos pasos para atrás, y reventó un zurdazo en el palo de Germán Burgos. La pelota picó en la faz de Burgos que trató de sacarlo para un costado pero por la potencia descomunal del disparo no pudo, y el esférico se coló en la parte de dentro del tejado de la portería. La locura se desnudó en el Monumental de Buenos Aires, y Chilavert, corrió atrapado por el éxtasis junto a sus compañeros.

La fotografía del delirio. Chilavert bate a Burgos de falta y empata 1-1 el partido entre Argentina y Paraguay, en el Monumental de Buenos Aires, en 1996, partido para la clasificación del Mundial 1998 de Francia, ante casi 60.000 espectadores. El partido terminaría con ese resultado.



Diego Maradona, con Boca Juniors, en la temporada 1996/1997, lanzó una falta espectacular que se colaba en toda la escuadra, pero para sacar la pelota estaba Chilavert, cancerbero de Vélez, que con una estirada angelical voló para sacar con los dedos ese balón. Es probablemente la mejor atajada de un guardameta en la historia del fútbol mundial.


Chilavert y Palermo, de Vélez y Boca, son dos jugadores de sangre bañada por el fuego, de físico imponente, siempre tuvieron encontronazos criminales al borde del cuerpo a cuerpo. Como dos tigres se enfrentaban el uno al otro, orillando, siempre, el pugilato. Portero y delantero son dos sílabas que se enfrentan en plena batalla, donde la defensa del arco se protege de los ataques del matador.


Chilavert lanza un tiro libre espectacular contra la Bulgaria de Stoichkov, en el Mundial de 1998, de Francia; en un partido que acabaría 0-0. Paraguay, gracias a las intervenciones decisivas de Chilavert contra Nigeria, en el tercer partido, pasaría a los Octavos de Final, ganando a los africanos por 3-1, dejando eliminada a España, quien empató 0-0 contra los hombres liderados por Chilavert en el segundo partido.


Chilavert lanza un tiro libre contra Eslovenia en el Mundial 2002 de Korea y Japón. Partido que ganaría por 3-1, consiguiendo el pase a Octavos de Final.


Francia eliminaría a Paraguay por 1-0 en los Octavos de Final del Mundial de 1998, el organizado por los galos. Un gol de oro de Laurent Blanc en el último suspiro de la prórroga dio la victoria a los franceses, cuando Chilavert esperaba a los penaltis. La regla del gol de oro se introdujo por primera vez en este mundial, pero sería anulada definitivamente.


Chilavert marca en 1996 uno de los goles más increíbles de la historia del fútbol. Desde su propio campo patea con el exterior del pie un balón que pilla desprevenido a un Germán Burgos, que, con la desconexión mental hacia el juego, había descuidado su posición frente a su arco.


Chilavert relata cómo marcó el gol, con Vélez, a Germán Burgos, cancerbero de River Plate, desde la mitad del campo de juego. El portero guaraní revela que en la vida hay que probar algo por muy imposible que sea. 


Chilavert dejó golazos en la Liga Argentina como éste contra River Plate, contra Bonano. Poniendo el empate en el marcador. Sus goles siempre tenían un factor psicológico. Cuando la cosa se ponía difícil, o el resultado estaba en contra, el guaraní siempre imponía su virilidad. Se engrandecía en los momentos más adversos.


Paraguay cayó 1-0 contra la Alemania finalista de Kahn. El gol fue un zapatazo de Neuville, imposible de parar, en el minuto 88; una tragedia, pues ya se rozaba la prórroga. Alemania fue algo mejor pero como dijo Chilavert su equipo le jugó a Alemania "de tú a tú".


Un tributo acerca de la vida mítica del portero paraguayo.


En la temporada 1989/1990 Chilavert jugó en la Liga Española tres temporadas, de 1988 a 1991, en el Real Zaragoza. Su único gol, de penalti, protagonizó un jugada egregia, pues la Real Sociedad, equipo al que marcaría desde los 11 metros, mientras Chilavert regresaba a la portería lanzó desde el medio campo, desde las botas de Goikoetxea, anotando un gol de escándalo. El Zaragoza ganaría 2-1, por lo que la acción, aunque con gran polémica, no llegó a mayores.


Su carácter violento siempre fue una condición indispensable de su personalidad. en la temporada 1989/1990, en La Romareda, tras recibir los pitidos del público por los goles recibidos del Tenerife desafió a su hinchada sacando el dedo de en medio. El partido terminaría 3-3. Con el empate a 3-3 del Real Zaragoza, Chilavert se dirigió al público de forma desafiante con unos cortes de manga. Por supuesto, Chilavert fue una figura determinante en el Real Zaragoza, su temperamento rocoso daba consistencia al equipo en todas sus líneas de juego, y sus paradas, salvaron, en muchas ocasiones, al equipo maño.



Chilavert trata de superar la barrera española en el segundo partido de la Primera Ronda del Mundial 2002 de Korea y Japón, y lo consigue, pero Iker Casillas le atrapa el balón. España acabaría primera de grupo y Paraguay segunda. Ambas selecciones quedaron clasificadas para octavos de final.



Iker Casillas pidió la camiseta de un portero único en la historia y Chilavert respondió con toda la ternura sudamericana. Fue en el Mundial del 2002 de Korea y Japón. España ganaría 3-1 a Paraguay. España fue la primera clasificada del grupo, y Paraguay, la segunda.



miércoles, 1 de febrero de 2017

Josep Guardiola: El soldado español

Pep Guardiola. El soldado hispano.



Pep Guardiola fue un guerrero de Hispania, aunque ahora saque a relucir su nacionalismo catalán, lo que es algo bueno, dicho sea de paso, al igual que es bueno, las alegrías que obtuvo con la Selección Española de Fútbol, donde como internacional, pudo competir contra los mejores equipos a nivel mundial. La zamarra roja pudo contar con uno de los mejores mediocentros nacionales de la historia, y Pep, orgulloso, la defendió con todo su potencial y su genialidad, siendo un gran compañero de madridistas como Hierro o Raúl, estando a las órdenes de símbolos del equipo merengue como José Antonio Camacho.

Pep Guardiola defendió los colores de España en 47 ocasiones, marcando 5 goles. Logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1992, participó en el Mundial de 1994, jugando contra Alemania y contra Bolivia, marcando de penalti. Pero el inepto de Javier Clemente, no lo alienaría ni en octavos contra Suiza ni en cuartos contra Italia. 

Clemente, el mayor crimen que ha habido al frente del equipo español, puso en Cuartos de Final a Rafael Alkorta como mediocentro, y dejó en el banquillo a Pep: más patán no se puede ser. Ni siquiera lo sacó en la segunda parte, lo que habría provocado que España habría tenido más posesión, y se habrían evitado las contras de Italia, como la que propició el gol de Roberto Baggio, a pase de Signori. Además, de que la calidad técnica de Pep, tan superior a la de Alkorta, habría podido filtrar pases más precisos a la zona de ataque, al tiempo, que hubiera oxigenado mucho mejor al equipo usando las bandas.

En 1996, el indigente intelectual de Clemente dejó fuera de la convocatoria a Guardiola: memo supino. 

Así, entre 1996 y 1997, con Guardiola en el campo, España hizo unos partidos espectaculares, mientras sellaba su participación al Mundial de 1998. Él era el gran cerebro, el mediocampista más virtuoso de toda la nación. Guardiola no sólo dirigía, sacaba las jugadas a balón parado con una calidad increíble; su elegancia era única; cohesionaba al equipo: daba consistencia a todas las estructuras de línea del equipo, sus pases embriagaban; no se perdía nunca la posesión de la pelota. Pero en 1998, se lesionó, y no pudo asistir al Mundial de 1998, de Francia, por lesión.

Tras el fracaso de Clemente en el Mundial de 1998 y la derrota contra Chipre, en la clasificación para la Eurocopa 2000, el vasco se fue a su casa, y llegó un hombre nervudo, de agallas, con los ojos guerreros en las entrañas y el espíritu de lucha sostenido por las garras del sacrificio constante: José Antonio Camacho. El nuevo seleccionador lo tuvo claro, Guardiola, era el mejor mediocentro español, y le dio la batuta de su equipo, que junto con Raúl González, pilotaban a la selección.

La clasificación para la Eurocopa 2000 dejó partidazos como el 9-0 a Austria, o el 8-0 a Chipre. Guardiola fue siempre la computadora española. Con él en las filas, se ganó a Italia, 2-0, en un amistoso previo a la Eurocopa 2000: equipo que llegaría a la final y perdería contra Francia. Además, se empató 0-0 contra Brasil, en un amistoso en el que España fue mejor que la amarilla.

Asimismo, la Eurocopa 2000 nos dejó uno de los grandes momentos de la historia. Alfonso Pérez, anotó el gol que daría la clasificación a Cuartos de Final contra la Yugoslavia de Mijatovic, a diez voces de segundo del final, tras un pase que colgaría Pep, desde 40 metros de distancia; en una pelota que tuvo que recaudar desde campo español, con todos los jugadores de ambos equipos metidos en el área serbia. Cuando la pelota entró dentro se desató el delirio, y Guardiola, con ese carácter duro, explosionó su furia abrazándose a Camacho, en un achuchón único. 

Pep fue nombrado el mejor jugador del encuentro, y es que, aparte de poner el pase decisivo, todos los balones pasaron por él. Organizó con precisión y siempre iluminó con su inteligencia, manteniendo la posesión hispana cuando la roja estaba presionada por la rolliza Yugoslavia. 

En Cuartos de Final, Guardiola fue el referente de España, pero, Francia fue mejor. La mala suerte nos eliminaría, con el penalti de Raúl fallado en el minuto 89, que nos llevaba a la prórroga.

El catalán se enfrentó a Zidane. Una pugna de dos mediocentros lujosos que estaban al borde de la extinción. Zizou realizó unas diagonales en las que Pep no pudo pararle, marcó uno de los goles de Francia, de falta, y demostró por qué era el mejor jugador del mundo. Pep no tenía la calidad de Zidane. No poseía esa facultad para regatear y materializar, aunque, con la batuta en los fanales lanzó un córner perfecto que Abelardo remató, con Barthez ya vencido, pero la muralla de Desailly impidió el gol. 

A pesar de esto, el 4 recuperó muchos balones, ofreció cohesión a la roja, e incluso, de sus botas nació una jugada que terminaría con Raúl González picando una vaselina que sacó con la punta de los dedos Barthez, y no entró de milagro. España perdió pero dando la cara, y capitaneada por el mediocentro más inteligente de Europa: Pep Guardiola.

Cuando Pep se marcho del Barça, buscaba equipo, y Camacho le dejó fuera de la selección. Pero, en 2001, en la temporada 2001/2002, la del Mundial de 2002, de Korea y Japón, Guardiola aceptó el contrato del Brescia italiano, un equipo modesto, y ello fue suficiente para que volviera a la selección, en un amistoso contra México; un partido embarrado donde Pep apenas pudo intervenir, realizando un disparo que se marchó a la grada, subrayando el hecho, del mal estado del césped del nuevo estadio de Huelva, ya que se estrenaba campo de fútbol.

Pero, tras su positivo por nandrolona en el Brescia, en 2001, fue suspendido, y tras volver a los terrenos de juego, sufrió una distensión del ligamento colateral interno de la rodilla, que recibió del jugador de la Juventus, Edgar Davids, y que le impidió poder disputar el Mundial 2002. Y Camacho, sabio, convocó a su discípulo, su educando, Xavi Hernández, a quien no le tembló el pulso cuando lanzó el penalti contra Korea, en los Cuartos de Final, llevando la pelota a la escuadra, aunque, lamentablemente, Joaquín Sánchez, falló, y a casa nos fuimos.

Guardiola no volvió a vestirse con la roja. Iñaki Sáez, en 2002, cuando Pep había fichado por la Roma de Fabio Capello, lo dejó claro: "Ha sido un gran jugador y lo es. En España creo que tenemos jugadores que pueden realizar el mismo trabajo y que son jóvenes. Estamos utilizando a su sucesor en el Barcelona, Xavi, y vamos a confiar en él". 

Esto refleja que, Josep Guardiola, dejó su legado balompédico a Xavi Hernández, un jugador muy superior a Pep, por su capacidad ejecutora de ataque, su regate, y su remate a portería. Con Xavi ganamos un mundial (el del 2010, de Sudáfrica); y dos eurocopas (la de 2008, de Austria y Suiza. Y la de 2012, de Polonia y Ucrania). Xavi, siempre rubricó la inteligencia guardiolana en el campo. Dos hombres nacidos con una visión de juego inigualable: los dos mejores mediocampistas de la historia futbolística de España.


Este vídeo muestra el gol de Guardiola contra Bolivia en el Mundial de 1994 de EE UU. España pasó a los Octavos de Final.

Este vídeo muestra el partidazo de Guardiola frente a Yugoslavia, en 1996, en el partido de clasificación para el Mundial de 1998. España ganó 2 a 0. Pep fue el hombre del partido: marcó de penalti, y dio una asistencia, desde 30 metros de distancia, a Raúl González, que marcaría, entonces, su primer gol como internacional.

Pep Guardiola, el cerebro, es el centro de operaciones del combinado español que dirige el murciano José Antonio Camacho. En este vídeo, marca de penalti frente a Suecia, en un partido amistoso previo a la Eurocopa 2000.

Los guiñoles de Canal Plus reflejan a la selección española, en su camino hacia el Mundial de 2002, de Korea y Japón. El equipo hispano conducido por Camacho, de la mano de Raúl y de Guardiola, sus pilones.


Secuencia de imágenes que repasan la trayectoria de Pep Guardiola en la Selección Española:


Guardiola con España en los Juegos Olímpicos de 1992, de Barcelona. España se haría con el oro, gracias, en parte, al joven catalán.

Guardiola y Clemente se saludan en una convocatoria.

Guardiola da órdenes en el Mundial 1994. En el partido contra Bolivia que España ganaría 3-1 con un gol suyo, de penalti.

Pep persigue a Sammer en el Mundial 1994 de EE UU.

¿A pase de quién fue el primer gol que Raúl González marcó con la selección española? Del gran Pep Guardiola. España ganó 2-0 a Yugoslavia, en 1996, en un partido de clasificación para el Mundial de 1998, al que Pep no iría por lesión. Guardiola dedicó el triunfo al jugador español, al nacional.

Guardiola y Raúl (1999), en el memorable partido de clasificación para la Eurocopa 2000, que terminaría con el resultado de 9-0 contra Austria. La furia de Guardiola se detona cuando en una jugada que Pep inicia, con un pase, en el que gira su cuerpo, engañando a la defensa de Austria, pronuncia un toque suave que llega a Raúl González, y éste, hace la pared con Urzáiz, y termina batiendo al portero austríaco. Era el minuto 5 de partido.

 Guardiola fue siempre el referente para Camacho, desde que el murciano llegó a la selección en 1998, hasta 2001. Fue su valor mediocampista más virtuoso. Fue el gran líder en la Eurocopa 2000, pero no pudo jugar el Mundial de 2002, por lesión. Clemente se dio cuenta de su error, al no convocarle para la Eurocopa 1996, y cuando quiso contar con él, para el Mundial de 1998, estaba lesionado. España no tenía un cerebro, y cayó, en la Primera Ronda del Mundial de Francia de 1998. Fataba Pep. Aunque Guardiola sí jugó el Mundial de 1994, con Clemente en la banca, el de EE UU, pero el incompetente de Clemente, le dejó en la suplencia en Cuartos de Final, frente a Italia, donde España quedó eliminada, en parte, por el inútil de Javier Clemente: Dejó a Guardiola en el banquillo para poner en su lugar a Rafael Alkorta, un defensa central que no tenía ninguna cualidad de mediocentro: ¡Menudo patán!


Guardiola junto a su amigo Luis Enrique, en un partido amistoso de la selección rumbo a la Eurocopa 2000. Un interior que se nutre de un mediocentro: la sinergia de dos talentosos.

Guardiola celebra un gol de Alfonso Pérez en la clasificación para la Eurocopa 2000.

Guardiola era siempre el mediocentro de referencia en el combinado español. Pep tenía un sentido trinitario: la capacidad técnica con ambos pies, la inteligencia de un superdotado: un segundo antes de recibir el esférico, ya sabía a qué compañero pasar, y además, tenía la elegancia de un bailarín de salón. Nadie tenía la capacidad de poner las pelotas a balón parado como Guardiola. Sus centros provocaban pánico en las defensas rivales.

Pep fue la imagen para el Fifa 2000. En toda Europa se valoraba al mediocentro comunitario más inteligente. En la carátula se observa su estilo: con una cara de temple que se une en sinergia con una mano izquierda que parece pedir calma, flexionada, con las falanges separadas, y el brazo derecho extendido. Es la posición del sabio oriental que busca la mejor opción en la cuadrícula de la cancha, que es, el escenario de la lucha. Su estilo unigético se plasma a la perfección en esta imagen corporativa.

Guardiola es la manija de España, en la victoria frente a Italia, en un amistoso previo a la Eurocopa 2000.

Pep Guardiola, el filósofo del fútbol del toque y la posesión, meditabundo en un entrenamiento de la selección.

Guardiola, que marcaría de penalti, en el amistoso antes de la Eurocopa (España 1-1 Suecia) junto al joven Iker Casillas, tercer portero convocado a las órdenes de Camacho, para la Eurocopa 2000, quien sería, tras la marcha de Raúl González, el símbolo del madridismo.

Un pase de Guardiola en la Eurocopa 2000. Con el estilo de un guerrero que baila danza clásica, un pase de Guardiola suponía un deleite para los sentidos.

Guardiola mira a Paco Jémez en el España 0-1 Noruega, en el primer partido de la Eurocopa 2000. Una decepción.

Pep Guardiola junto a sus diez compañeros nacionales en el segundo partido de grupo. El resultado fue: España 2-1 Eslovenia (Eurocopa 2000). España seguía viva en la competición.

Guardiola, agerrido, luchando por el combinado nacional español contra Eslovenia en la Eurocopa 2000. España ganaría 2-1; Pep, fue el motor de Hispania.

Guardiola fue el cerebro de la selección española, en la Eurocopa 2000, a las órdenes de Camacho. Líder nato, siempre tuvo aliento para dirigir. Su carácter dentro y fuera de la cancha electrizaba a sus compañeros hacia la victoria. Su gen ganador se propagaba en el inconsciente de todos.

Pep Guardiola, embrutecido por su yo iracundo, explosiona de alegría, por el gol de Raúl a Eslovenia, en el segundo partido de grupo, de la Eurocopa 2000.

Guardiola celebra el golazo de Munitis contra Yugoslavia. Besó al cántabro. Era un jugador mimoso y cercano con sus compañeros de lucha. (España 4-3 Yugoslavia; Eurocopa 2000)

Guardiola, en estado de delirio, tras el gol de Alfonso contra Yugoslavia (España 4-3 Yugoslavia), que daba el pase a Cuartos de Final, de la Eurocopa 2000, tras haberse abrazado, eufórico, con Camacho, se lanza, extático, con todos sus compañeros. El colocó el pase que Urzáiz cedería a Alfonso Pérez para anotar el gol agónico. Guardiola, soldado español, jamás se rindió, y puso ese pase, con la elegancia de un danzarín, pero, sobre todo, gracias a la enseñanza de su seleccionador, Camacho, el hombre de hierro que siempre expresó, que había que luchar hasta el último segundo.

Guardiola y su íntimo amigo Raúl González celebran el pase a Cuartos de Final de la Eurocopa 2000 tras la remontada histórica frente a Yugoslavia (España 4-3 Yugoslavia).

Guardiola, Raúl y Sergi Barjuan en la Eurocopa 2000, se felicitan.

Guardiola conversa con Collina, el mejor árbitro del planeta, de entonces, junto a Zidane, tratando de parar al mejor jugador del mundo en los Cuartos de Final de la Eurocopa 2000, de Bélgica y Holanda.

Guardiola no puede paralizar el centro de Zizou.

Guardiola es amonestado por Collina, por sus protestas, en el España-Francia de la Eurocopa 2000. Guardiola reciminó a Collina numerosas acciones como un balón que retuvo Barthez, portero galo, al aquejarse de un golpe, y Pep, replicó, que debía haber lanzado el balón fuera.

Guardiola y Zidane. El hombre hispano, sin camiseta interior, muestra su pecho peludo; el francés, con camiseta interior muestra al otro hombre. Zidane marcó un golazo de falta, brilló y logró la victoria sobre la roja (España 1-2 Francia); Pep no pudo ser protagonista, a pesar, de su buen partido. Ordenó, recuperó esféricos y vertebró a su equipo pero, no pudo ser decisivo.

Guardiola se enzarza con Henry, quien sería después su discípulo en el Barça, en un amistoso jugado en el año 2001, en Mestalla, en el que España ganaría 2-1 a Francia, tras la eliminación de los galos en la Eurocopa 2000. Era la revancha, y el partido terminó con el mismo marcador. Guardiola, abrazó a Morientes con ardentía, y dio sus clásicas palmadas en la faz, a Helguera: los autores de los goles hispanos. Pep llevó la batuta, con un ojo y medio vigilando a Zizou, a quien frenó.

Guardiola, capitán del Barça, recibe el beso del capitán del Real Madrid, Fernando Hierro, tras marcar, en un partido de clasificación para el Mundial 2002, de Korea y Japón. (España 5:0 Liechtenstein)

Guardiola junto a Raúl, en el año 2001, en su último partido como jugador nacional, en un amistoso contra México (España 1-0 México), enfilando el Mundial 2002, de Korea y Japón, con la camiseta que España luciría en el campeonato mundial, y que Guardiola, no disputaría por lesión. Xavi Hernández, su alumno, le reemplazó. Camacho tenía claro que la savia guardiolana era clave, para España, y para ganar.